Si un niño se te acerca y te pregunta «¿Qué es Internet?», ¿qué le responderías? ¿Serías capaz de responder en un par de frases que pueda entender? ¿Qué hay de la pregunta: «¿Qué es el dinero?». ¿Y cuál es el papel que juega Bitcoin en todo ello?
Tanto el dinero como Internet son tecnologías que rodean prácticamente todas nuestras actividades cotidianas. ¿Te despertaste hoy con la radio sonando en tu Alexa? ¿O tu canción favorita en Spotify? Bueno, entonces empezaste a usar Internet hoy incluso antes de abrir los ojos. Si te vestiste y fuiste al gimnasio, ahí mismo está tu primera transacción, estás pagando el billete del tranvía para llegar o el combustible de tu coche. Y también por el privilegio de hacer ejercicio en esas instalaciones. Estas transacciones son, a su vez, intercambios con tu yo pasado porque has intercambiado tu tiempo y energía en el pasado por el dinero que acabas de ultilizar para pagar por estas cosas. Al mismo tiempo, también estás negociando constantemente con tu yo futuro, porque estás tomando la decisión de gastar ese dinero en este billete de tranvía o pase de gimnasio hoy en lugar de ese café o una camiseta nueva que tu yo futuro puede querer comprar.
Los seres humanos vivimos en un estado constante de intercambio de nuestro tiempo y energía por los bienes y servicios que necesitamos o queremos. Y esto sucede muchas veces en cada hora que estamos despiertos (incluso a veces mientras dormimos). Esto solo es posible porque tenemos esta tecnología llamada «dinero», que ha tomado muchas formas a lo largo de la historia. Pero, en esencia, su función es permitirnos realizar estos intercambios para obtener lo que queremos en el momento en que lo necesitamos y pagarlo usando nuestro tiempo y energía pasados o futuros.
Cuando hablamos de dinero, la mayoría de la gente imagina divisas como el euro o el dólar como la definición de lo que es el dinero. Sin embargo, éstas y otras monedas nacionales son solo una subcategoría de los muchos medios que pueden actuar como dinero. Éstas son las llamadas monedas «fiat». El término «Fiat» proviene del latín y significa «hágase» (como en «hágase la luz», por ejemplo). Significa que estas monedas son dinero solo porque alguien ha decretado que deben ser dinero. Si ese alguien es un gobierno (o un grupo de ellos), por supuesto, la moneda se convierte en dinero. Sin embargo, no significa que sea lo único que pueda funcionar como tal.
A lo largo de la historia, muchas cosas diferentes actuaron como dinero. Desde ganado hasta conchas marinas, sal y metales preciosos, todos se usaron como dinero en diferentes períodos de tiempo. Con el tiempo, el oro se estableció como la forma universal de dinero para la mayoría de los humanos hasta que los siglos XIX y XX nos trajeron las monedas nacionales que tenemos hoy en día como las formas mayoritarias de dinero. Sin embargo, incluso hoy en día, muchas cosas actúan como dinero sin que nadie decrete que lo deben ser, como los cigarrillos en la cárcel (según hemos visto en las películas). Yo, por ejemplo, puedo recordar que los cromos de fútbol actuaban como una forma de dinero en el patio de mi colegio durante la escuela primaria. Eran escasos (sobre todo algunos) y podías conseguir cosas a cambio de ellos si los intercambiabas, como una pelota de baloncesto o alguien que te hiciera la tarea.
Ese fenómeno es lo que define algo como dinero. Si otros están dispuestos a aceptarlo a cambio de bienes y servicios, entonces es dinero, no hay discusión.
El dinero como tecnología es uno de los pilares que nos ha permitido prosperar como civilización. Es aquello la tecnología que nos ha permitido especializarnos en una o pocas tareas en las que cada inviduo es más eficaz para después intercambiar los frutos de dicho trabajo por los otros bienes y servicios que el inviduo necesita a una escala mayor que con los amigos, familiares y vecinos más inmediatos.
Pero resulta que la elección del dinero que hacemos es bastante importante porque cada forma de dinero tiene sus propias reglas y, al usar esta forma de dinero, éstas afectan fuertemente tu presente y futuro.
¿Cuáles son estas reglas? ¿Quién las establece? Y lo más importante, ¿quién puede cambiarlas? Estas son preguntas que todos deberíamos hacernos antes de usar cierta forma de dinero para almacernar nuestro tiempo y energía para el futuro.
Por ejemplo, las reglas que rigen el oro están establecidas por sus propiedades químicas y físicas. El hecho de que sea muy difícil de destruir y que sea bastante difícil extraer implica que la reserva de oro disponible es muy grande en comparación con el nuevo oro que entra en circulación cada año.
Poseer cualquier forma de dinero implica confianza. Confianza en las reglas que rigen el funcionamiento de esta forma particular de dinero y en quienes las determinan. Con nuestro ejemplo, si ahorras en oro, significa que confías plenamente en que sus propiedades químicas y físicas permanecerán inalteradas con el tiempo (una suposición razonable), pero también que la velocidad a la que se extrae seguirá siendo similar, de lo contrario, las reglas cambiarían, y con diferentes reglas, tienes una forma diferente de dinero.
Si confías en el euro, significa que estás depositando tu confianza en el Banco Central Europeo y sus funcionarios, porque son ellos quienes dictan las reglas que rigen la moneda. Y, si confías en el dólar, significa que estás confiando en la Reserva Federal de EE. UU.
Quiere decir que confías en:
Un ejercicio muy importante que debes hacer, independientemente de la forma de dinero que tengas, es preguntarte: ¿en qué o en quién estoy confiando para tomar esta decisión? ¿Y qué elecciones pueden tomar estas personas que afecten negativamente al beneficio que extraigo de las unidades de este dinero que tengo almacenado?
Por ejemplo, las personas que elaboran las reglas que rigen el USD decidieron expandir la cantidad de dólares en circulación en un 30 % en poco más de un año entre 2020-2021. La cantidad total de dólares no es secreta, la puedes ver tú mismo aquí en la página web de la Reserva Federal. Probablemente pensaron que tenían buenas razones para hacer esto, pero ¿realmente predijeron correctamente las consecuencias de esta decisión? ¿Y crees que tenían tus intereses en el mente cuando lo hicieron?
Bitcoin resuelve el problema de determinar la propiedad de bienes sin tener confiar en ningún tercero. Es el único sistema hasta ahora descubierto por el ser humano para transferir valor a alguien de forma digital sin tener que confiar en otra persona o entidad: Si tengo un billete de 10€, está claro que me pertenece. Si te lo doy, entonces también estará claro para todos que te pertenece a ti. Pero, ¿y si los 10€ son digitales? No puedo simplemente enviártelos, porque la información digital, en la práctica, nunca puede enviarse, solo copiarse. Si te envío un correo electrónico, ¿quién tiene el correo electrónico, tú o yo? En realidad ambos, yo todavía tendré el correo electrónico después de que tú lo veas en tu bandeja de entrada. Por lo tanto, la única forma de determinar quién tuvo el correo electrónico primero y lo envió es confiar en un tercero, y es lo mismo de cualquier otro tipo de información, como el balance de tu online banking (esos Euros no existen, son sólo números, información en una base de datos)
Excepto con Bitcoin. Bitcoin permite a todos los usuarios monitorizar y validar constantemente que todos los demás están jugando con las mismas reglas y que los saldos de todos son correctos. Si alguien hace trampa es expulsado automáticamente. De esta forma, no es necesaria una entidad central que actúe como árbitro, simplemente tienes que seguir las reglas.
Al eliminar la autoridad central, Bitcoin también resuelve el problema de la creación de nuevas unidades de dinero (esos bitcoins), ya que tiene un calendario inmutable y predefinido que determina cuántos bitcoins se crearán cada día, desde el primer día de existencia de Bitcoin y por todo la eternidad. En lugar de tener un grupo reducido de personas que deciden (que no somos ni tú ni yo), simplemente no existe nadie que decida nada. Y la distribución de estas nuevas monedas se realiza al azar, repartiéndolas entre aquellas personas en el mundo que voluntariamente deciden invertir sus recursos para proteger la red, lo que la convierte en la primera distribución totalmente justa de nuevas unidades monetarias de la historia.
Tomemos el euro e intentemos responder las siguientes preguntas:
¿Te suena esto como una moneda «segura»?
Veamos cómo se ve con Bitcoin:
Hoy ya nunca más es una cuestión de «¿en quién confío?» porque cuando tienes Bitcoin nunca más tienes que confiar en nadie.
Simplemente puedes tener una forma de dinero y saber con absoluta certeza que las mismas reglas que lo gobiernan hoy seguirán siendo las mismas para siempre. Aquí puedes leer, cuál es el método más sencillo que existe para empezar a comprar Bitcoin.
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